Cerebro Sexual. ¿Por que nos enamoramos?
El cerebro y el amor

La conducta sexual femenina es estimulada por el estradiol y la progesterona, por lo que en la etapa ovulatoria, cuando los niveles de ambas hormonas son altos, la mujer es más susceptible a una relación amorosa, es más cariñosa y está más dispuesta a una relación sexual. A diferencia de la mujer, en el hombre adulto no hay fluctuaciones cíclicas en los niveles de testosterona, por lo que su libido y potencia sexual se rigen además de la testosterona por otros factores tanto biológicos como psicosociales.
(Calixto, 2014)En primer lugar, cabe aclarar que el amor es una droga. Literalmente. Los centros neuronales que se activan con el encuentro de la persona amada son exactamente los mismos que aquellos que se activan por el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas (a saber, los centros localizados en el sistema límbico, ligado con las "recompensas").
Durante el enamoramiento se libera un gran cóctel de neurotransmisores, se inhiben y estimulan hormonas, que provoca un gran cambio en nuestro cuerpo y conducta. Nos puede volver tan pacientes incluso disfrutar de cosas que no nos agradan por estar con la persona amada.
Cóctel del amor:
• feniletilamina - provoca la excitación, taquicardia, enrojecimiento de la cara.
• dopamina - regula la motivación y el humor.
• oxitocina - es la que genera la confianza y el apego.
• serotonina - encargada de regular la sensación de bienestar.
• noradrenalina - acelera la tensión y provoca la dilatación de las pupila; nos da la sensación de ansiedad y energía cuando no estamos con esa persona.
Es una biomolecula que permite la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona. Como se observa en la imagen el impulso eléctrico (color naranja) viaja a través de la neurona hasta llegar a donde se encuentran las vesículas sinápticas (círculos con puntos) estas están inactivas hasta que gracias al impulso electro permite la entrada de calcio que estimula la liberación del contenido de las vesículas (donde se encuentra el neurotransmisor). El neurotransmisor se libera desde las vesículas sinápticas en la extremidad de la neurona presináptica (neurona azul), hacia la sinapsis, atraviesa el espacio sináptico (entre las 2 neuronas) y actúa sobre los receptores celulares específicos de la otra neurona (violeta).
Pero... Que es un neurotransmisor?

Regresando al enamoramiento...
Así, en una primera etapa, la más furtiva del amor, los altos niveles de dopamina y norepinefrina en combinación con bajos niveles de serotonina, tendrían por efecto la sensación de "perder la cabeza por alguien", es decir, ser poseídos por una fuerte atracción e involucramiento emocional con otro, y la testosterona haría lo suyo con el deseo sexual.
En tanto, en una segunda etapa, un tanto más calmada, entrarían en acción mayores niveles de oxitocina y vasopresina.
En el enamoramiento; el cerebro se inunda de feniletilamina, este responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), de norepinefrina, y de oxitocina (que además de estimular las contracciones uterinas para el parto y producir la leche materna, parece ser un mensajero químico del deseo sexual), y el comienzo de la acción de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales.
Lo que provoca la sensación placentera del enamoramiento es la secreción del neurotransmisor dopamina. La dopamina activa diferentes partes del cerebro para provocar reacciones fisiológicas variadas, como lo serían el aumento de la frecuencia cardíaca o el aumento de la presión arterial. El enamoramiento ocurre cuando la dopamina actúa sobre la corteza prefrontal, asociada a la cognición (Por lo cual el juicio del enamorado esta afectado). La dopamina tiene un papel muy relevante en la motivación, además de ser la responsable de convertir una actividad en un hábito positivo, pero al lograr los objetivos que estimularon su liberación tiende a decrecer rápidamente. Una vez que comenzó el enamoramiento, hay que tomar en cuenta que una de las zonas más importantes de liberación de dopamina es el área tegmental ventral, localizada cerca de la base del cerebro. Ésta área, 70% más grande en mujeres, se activa durante el orgasmo en una relación sexual; el que las mujeres tengan orgasmos más duraderos que los hombres y que se involucren emocionalmente con sus parejas sexuales es atribuible a esta notoria diferencia de tamaños.
Euforia, obsesión del amor fresco. Sustancias químicas como la adrenalina, la dopamina y la serotonina hacen que comencemos a sentirnos “enamorados”, imposible pensar en nada más que en nuestro objeto amado, la dopamina nos hace sentir un placer intenso, la adrenalina y el cortisol comienzan a inundar el torrente sanguineo es decir, nos sentimos magnificamente y por otro lado nos convertimos en una persona ansiosa.
En las primeras fases del enamoramiento la glándula suprarrenal aumenta la liberación de cortisol; esto no sólo nos lleva a sentirnos más ansiosos y eufóricos, sino también a transformar nuestra percepción, algo que podría llevarnos a disminuir nuestra capacidad de discernir las cosas negativas y aumentar la visión positiva de la persona que tanto nos atrae.
Con el aumento de la norepinefrina se incrementa la actividad simpática por lo que el nervio vagal el encargado de varias funciones fisiológicas; conllevando el aumento de la frecuencia cardiaca, incremento de la presión arterial, aumento de la frecuencia respiratoria, al solo estar inervadas las glándulas sudoríparas por terminaciones simpáticas la sudoración, también por la misma secreción de la adrenalina se estimula la piloerección conocida también como “piel de gallina” todos estos síntomas dependen del tamaño del estímulo.
Las “mariposas en el estómago” es ocasionado por el aumento de niveles de adrenalina y cortisol , los músculos se tensan y todo el sistema en sí disminuye el riego sanguíneo del estómago y lo incrementa hacia cerebro, corazón y músculos.
En el caso de los hombres, disminuyen los niveles de testosterona –entre 20 y 40 veces mayor que en las mujeres–, lo que nos permite centrar nuestra atención en esa mujer que tanto nos atrae, además de volvernos más “tranquilos y pacientes”. En el caso de las mujeres, los niveles de testosterona aumentan, incrementándose la libido y la desinhibición. Digamos, metafóricamente hablando, que los hombres nos volvemos más femeninos y las mujeres, más masculinas, algo que ayuda a reducir las diferencias.
Asimismo, entran en juego otros neurotransmisores, entre los que podríamos destacar la dopamina, la oxitocina, la adrenalina, la serotonina y la vasopresina. Ellos son los responsables de la hermosa sensación de estar enamorados –aumentando la empatía, la confianza, el estado de ánimo, y el apego–, pero también “desconectan” parcialmente nuestra conciencia. Por lo cual nuestro cerebro tendrá dificultades para evaluar los contrastes, pudiendo llevarnos a cometer algunas imprudencias. Por ejemplo, la dopamina será la responsable de esa gigantesca motivación de ir al encuentro de la persona amada sea como sea, aunque ésta viva muy lejos. No obstante, luego de un tiempo, los niveles de dopamina descienden, lo que permite que nuestra conciencia pueda volver a evaluar nuestras acciones y a veces hacernos notar nuestro modo de actuar, llevándolos a plantearnos lo que estamos haciendo.
El apego es la sensación de calma y seguridad que puedes sentir con una pareja a largo plazo. Las sustancias químicas cambian ahora la protagonista es la oxitocina, la llamada hormona del amor, misma que permite a las madres crear un vínculo fuerte con su bebé durante el periodo de lactancia y que inunda el cuerpo cuando experimentamos un orgasmo, presumiblemente para sentirnos más unidos con nuestra pareja.
Asimismo, las zonas cerebrales involucradas en los períodos de amorío –entre las que podemos destacar: hipotálamo, amígdala, núcleo accumbens, tegmental ventral, núcleo estriado e ínsula–, estimuladas por los neurotransmisores mencionados anteriormente, también se encuentran vinculadas con los estados emocionales de ansiedad, depresión y obsesión, por lo que los cambios de humor y ánimo pueden ser muy espontáneos y frecuentes.
Sin embargo, hay un lado triste a toda historia de amor. Esta combinación de neurotransmisores, tan magnífica y gratificante, pero también un arma de doble filo, comienza a decrecer con el pasar de los meses. A medida que transcurre el tiempo, influidos por la testosterona, nuestros niveles de “paciencia”, evaluación positiva del otro individuo, apego, etc., tienden a disminuir, al igual que nuestro acercamiento en las conductas y emociones. En este punto es cuando muchas personas comienzan a separarse o empiezan los problemas.
Con el tiempo, los receptores de la dopamina comienzan a perder su sensibilidad. Así, asegura que en un periodo aproximado de tres años, éstos dejarán de responder al estímulo inicial que desencadenaba la reacción placentera del encuentro con esa persona especial.
La única salvación, en estos casos, es otro neurotransmisor conocido como oxitocina, cuya secreción está relacionada con la sensación de apego. Si una pareja no logra construir una relación más allá del enamoramiento o del placer sexual en tres años, lo más probable es que la relación esté condenada a terminar.
Referencias
-Calixto, D. E. (10 de 04 de 2014). Neurociencia del amor. Obtenido de National Geographic en espanol: http://www.ngenespanol.com/ciencia/salud/13/02/14/funciona-amor-cerebro/
Cerebro de hombre, cerebro. (s.f.). Obtenido de Cettenerife: http://cettenerife.org/descargas/cerebro_de_hombre_y_mujer_2.pdf
-Grabner, D. N. (29 de Diciembre de 2014). Amor y mariposas en el... ¿cerebro? Obtenido de Asociacion Educar: http://www.asociacioneducar.com/amor-cerebro
-Parvin-Dokht Bayat, A. G. (December1, 2014). The Effects of Age and Sex on Brain Volume. International ournal of Morphology, 1477-1483.
Rodié, J. U. (2002). Sexo y cerebro: diferencias morfológicas. Actas Esp Psiquiatr 2002, 189-194.
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